miércoles, 23 de febrero de 2011

Ciudades divididas: Rock Island/Derby Line, frontera Canada - Estados Unidos

Teatro en la Biblioteca Haskell (click para ampliar). La sala se encuentra dividida por la frontera internacional. El escenario, a la izquierda, está en Canadá.
En el verano de 1976 la biblioteca Haskell fue testigo de un curioso incidente que mantuvo en vilo a los dos pueblos. Agentes de las policías de ambos países sellaron el edificio, cada uno en su lado de la frontera. La biblioteca permaneció cerrada tres días, sin que los habitantes de Derby Line y Rock Island supieran el porqué. Unos días antes, tres ciudadanos canadienses habían sido extraditados a Milwaukee (Wisconsin, a más de 1.600 kilómetros de Derby Line) acusados de tráfico de drogas por la justicia americana. Pero el principal testigo de la acusación se encontraba encarcelado en Canadá, y se negaba a viajar a Estados Unidos, puesto que temía que le fueran imputados cargos allí. Los acusados tampoco podían regresar a Canadá, dado que allí no tenían cargos y habrían tenido que ser puestos en libertad. Así que las policías de ambos países llevaron al testigo y a los acusados a la biblioteca, permaneciendo el primero en el lado canadiense de la raya y los segundos en el opuesto.
Estantería binacional en la Biblioteca Haskell. La enciclopedia “World Book” está partida entre los dos países.
La biblioteca Haskell está abierta a cualquier ciudadano de ambas comunidades, la americana y la canadiense. Aunque la puerta está en Estados Unidos, para acceder a ella no es necesario avisar a la policía de EE.UU., dado el carácter binacional del edificio. Cierta tolerancia, impuesta por la lógica, permite ciertas relajaciones en el día a día. Pero la situación cambió a mediados del año pasado. Las guardias fronterizas de ambos países propusieron bloquear las tres calles no vigiladas que cruzan de un lado al otro de la frontera para evitar, dicen, el contrabando y la inmigración ilegal. Pero la mayor parte de la población a ambos lados de la divisoria se opuso a la medida. Argumentaron que, si se bloquean las calles, cualquier persona que deseara cruzar la frontera no tendría mayor problema, puesto que podrá hacerlo a través de cualquiera de los campos que rodean ambas localidades, y que se encuentran completamente desprotegidos. El número de inmigrantes ilegales atrapados, además, es confidencial, por lo que los ciudadanos desconocen por completo la razón real de la medida. Según las autoridades locales, la amenaza terrorista, siempre presente desde aquel 11 de septiembre, es lo que finalmente ha llevado a tomar la decisión de bloquear las calles, para obligar a los ciudadanos a cruzar por los puestos vigilados. El resultado no le gusta a nadie, pero, como dijo un policía canadiense, “no se puede hacer nada”.
Avenida en Stanstead con el inevitable nombre de Canusa. La calzada se encuentra en Canadá, pero las casas de la izquierda están en Estados Unidos. Los propietarios, cada vez que cogen el coche, tienen que notificar a la policía canadiense que han entrado en su territorio. Los vecinos de la derecha de la calle tienen que notificar sus movimientos a las autoridades para pedirle sal al vecino de enfrente. Afortunadamente para ellos, hay una aduana de cada país al fondo de la calle.
La proximidad del río Tomifobia (curioso nombre) hizo que ambos pueblos se fundaran junto a la frontera. Apenas unos centenares de metros separan los dos ayuntamientos. Existen tres aduanas entre las dos localidades, además de varias calles que cruzan de una a otra. La frontera cruza a través de varias casas, jardines traseros, una fábrica y una biblioteca. Y ello es fuente de multitud de problemas. Candá y Estados Unidos, pese a que formalmente son naciones amigas (y se suele citar el límite entre ambas como la frontera indefensa más larga del mundo), no tienen ningún tratado de libre circulación como el de Schengen. Aunque para cruzar la frontera basta con el pasaporte, cualquier persona que la traspase para entrar al país del que no es nacional debe presentarse a las autoridades del otro país si no quiere acabar en comisaría. Normalmente eso no es problema, puesto que en la mayoría de los puestos fronterizos hay apostados guardias, pero entre Derby Line y Stanstead cruzan varias calles que carecen de vigilancia. Así que visitar a los vecinos puede significar pasar antes por los trámites de inmigración. Hay varias viviendas atravesadas de parte a parte por la frontera, estando la cocina en Canadá y el comedor en Estados Unidos, pero, que se sepa, no se exigen trámites para servir la comida en esos domicilios. ni sacar una cerveza de la nevera es considerado contrabando de alcohol. Al menos ahora. Durante la famosa Ley Seca, en Canadá seguía siendo legal beber, y había que tener cuidado de no cruzar accidentalmente la frontera con una botella en la mano, pues podía acabar uno en el calabozo.

QUE CURIOSO VERDAD????

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