lunes, 9 de mayo de 2011

El ciclismo llora la muerte de Wouter Weylandt


La desgracia golpea el Giro. El belga Wouter Weylandts (Leopard), de 26 años, falleció en el descenso del Passo del Bocco, tras un brutal accidente cuando perseguía a un grupo de escapados a 25 kilómetros del final de la tercera etapa de la gran ronda italiana. Eran las 16.20 horas, según el informe policial.
Durante hora y media larguísimas, el mundo del ciclismo esperaba una noticia que la organización se guardó hasta localizar a Anne-Sophie, la ya viuda de Wouter Weylandt. Mientras, el helicóptero que debía trasladar al ciclista tenía dificultades para tomar tierra debido a la orografía del lugar.
El médico de la carrera, Giovanni Tredici, confirmó después que la muerte había sobrevenido casi de forma instantánea: "Weylandt ha sido víctima de una caída que estamos tratando de reconstruir. Hemos llegado rápidamente y estaba ya en estado de inconsciencia. Las condiciones eran ya muy comprometidas, hemos intentado reanimarle durante 40 minutos, pero no había nada que hacer".
Durante todo ese tiempo se cruzaron mensajes contradictorios, en los que prevalecía la esperanza. Carlos Barredo, invitado en la narración del Giro de Italia de VEO7, ciclista profesional del Rabobank y ex compañero de Weylandt, el corredor había recuperado la respiración cuando era trasladado a un centro hospitalario. Otros mensajes en las redes sociales afirmaban que el corredor había recuperado el pulso antes de salir hacia el hospital. Sin embargo, poco después se confirmó su fallecimiento.

Contra un muro

Las primeras versiones en el pelotón cuentan que el ciclista cayó en el descenso del Passo del Bocco, la primera ascensión de cierta entidad en esta edición del Giro, de tercera categoría. Al parecer, una pedal de su bicicleta contactó con el guardarraíl a la salida de una curva y salió despedido al interior de la carretera, donde chocó violentamente contra un muro de piedra.
Las imágenes de televisión en directo mostraron la cara desfigurada y ensangrentada de un hombre inmóvil sobre el asfalto y en estado inconsciente. Había perdido mucha sangre y los médicos no pudieron devolverle la vida cerebral.
El español Jorge Azanza (Euskaltel), afectado por una caída un kilómetro antes, contó sus sensaciones: "Me caí, me levanté y luego vi a Weylandt en el suelo. No he querido ni mirar". La escena era horrible, pues el belga había perdido mucha sangre. Su cabeza había estallado a pesar de la protección del casco.
Weylandt no iba a participar en el Giro. Fue repescado de urgencia tras la caída de su compañero de equipo Daniele Benatti. El pasado viernes, ya en Turín, enviaba su último tuit con la ilusión de un joven deportista ante un gran reto: "larga presentación de equipos hoy #50yearsitaly. Mañana, la salida real con contrarreloj por equpos. ¡Pulmones y piernas preparadas para el día 1!. Comienzan los 3496 km".
El repaso de sus últimos mensajes en Twitter causa una desolación infinita. El pasado 2 de marzo enlazó la ecografía de su primer hijo, que nacerá en septiembre.

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