martes, 29 de marzo de 2011

Muere José Alencar, ex vicepresidente de Lula da Silva


José Alencar, fiel escudero de Luiz Inácio Lula da Silva en sus dos mandatos al frente del Gobierno brasileño, murió este martes a los 79 años tras una larga batalla contra el cáncer abdominal. El ex vicepresidente de la República había sido trasladado la víspera a un hospital de São Paulo con un cuadro de obstrucción intestinal.
Empresario y político con raíces en el estado de Minas Gerais, Alencar fue operado en 17 ocasiones desde que le fue diagnosticada la enfermedad en 1997. La precaria situación que atravesaba le hizo pasar ingresado las últimas Navidades y le impidió cumplir el 1 de enero su deseo de acudir a la investidura de Dilma Rousseff en Brasilia.
Dijo entonces que consideraba "cumplida" su misión y que no tenía miedo del fin: "Si Dios quiere que muera, no necesita el cáncer para eso. Y si no quiere que me vaya ahora, no hay cáncer que me lleve".
El sufrimiento de Alencar, asumido con tanta naturalidad desde hacía tiempo, concluyó a las 14.41 horas. Poco antes, los médicos que lo atendían en el Hospital Sirio-Libanés ya habían adelantado a la prensa que el paciente estaba "preparándose para descansar, durmiendo, sin dolor y con su familia".

Las lágrimas de Lula

La noticia cogió por sorpresa a Lula y Dilma, quienes se encontraban en Portugal para participar en un homenaje al ex jefe de Estado brasileño. El antiguo líder sindical rompió a llorar al ser informado y recordó que mantenía con el fallecido "una relación de hermanos y compañeros".
"Conozco a pocos seres humanos que tengan su alma y su bondad. Brasil pierde a un hombre de dimensión excepcional", proclamó.
Tanto el mandatario retirado como su 'hija' política cancelaron sus respectivas agendas para regresar en las próximas horas al país sudamericano y asistir este miércoles al velatorio en el Palacio del Planalto. El entierro tendrá lugar en Belo Horizonte, la capital de Minas Gerais.

'Ejemplo de superación'

Antes de que Lula hablara en Coimbra, la primera reacción oficial llegó de la mano del secretario general de la Presidencia, Gilberto Carvalho, quien se mostró conmocionado ante los periodistas y aseguró que Alencar permanece "en el corazón de todos los brasileños". "Donde esté, estará bien", agregó.
El Gobierno decretó siete días de luto. Michel Temer, actual vicepresidente y máxima autoridad en funciones durante el viaje de Dilma, elogió en un comunicado el "ejemplo de lucha, perseverancia y superación" que dio su predecesor en el cargo. "Incluso en los momentos de mayor sufrimiento personal, transmitía optimismo permanente y fe inquebrantable", reconoció.

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