SAN JUAN DE LA MAGUANA. Al menos dos sacerdotes, Manuel Bello, quien durante 19 años fue administrador de la diócesis y canciller del obispado con sede aquí, y Juan Rosario, decidieron colgar los hábitos; este último se casó y formalizó su familia, y el primero aseguró que hará lo mismo en los próximos meses.
Bello, nativo de Elías Piña, informó que ya trabaja como subdirector del politécnico Movimiento de Evangelización a Través del Arte (Movearte), cuya nómina la paga el Ministerio de Educación, y que dentro de poco se casará para formar su segunda familia, “porque la primera son mis padres y mis hermanos”.
Rosario administra una tienda de venta de prendas de vestir, en la avenida Anacaona esquina 16 de Agosto, en esta ciudad, junto a su pareja.
Con la renuncia de Bello y Rosario, suman tres los sacerdotes que se han separado del obispado de esta diócesis, ya que hace años lo hizo un cura conocido sólo como el padres Chano, párroco de la iglesia de Juan de Herrera, quien se marchó a Estados Unidos.
Hace seis meses que el padrel Bello informó a este redactor que se había marchado a su casa, acogiéndose a lo que en la Iglesia Católica se llama el “Año Sabático”, consistente en estar fuera de las responsabilidades religiosas por un año y la diócesis le pasa una mensualidad, cumplidos los 12 meses, se decide si retorna o renuncia, y él opto por lo segundo.
En conversación telefónica, el padre Bello dijo que está “como anillo al dedo en la subdirección del politécnico Movimiento de Evangelización a Través del Arte, la nómina la paga el Ministerio de Educación, y lo que hago allí es a lo que siempre aspiré, dentro o fuera de la posición de sacerdote”.
El excanciller del obispado que gerentea monseñor José Dolores Grullón Estrella dijo, “Moriré siendo sacerdote” y aclaró que su salida no guarda relación con ningún tipo de problema interno en el obispado de esta provincia, ni tampoco problemas personales con sus colegas.
Al momento de solicitar el Año Sabático, el padre Bello se desempeñaba como director de la emisora Radio Corazones, propiedad del obispado, en tanto que el padre Rosario, cuando colgó los hábitos era el párroco de la Catedral San Juan Bautista.
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