"Todavía me cuesta creer que fuese una cabeza real". Así describe el británico Colin Kirby el macabro crimen acaecido esta mañana en Arona (sur de Tenerife): un hombre decapitó a una mujer británica y se paseó con su cabeza por la calle antes de ser detenido.
"No vi el ataque pero vi al hombre [agresor]. Estaba pasando ante la tienda china y vi a un grupo de gente a la entrada, una ambulancia... Pensé que alguien se había desmayado, pasé y entonces pude oír los gritos", ha explicado este periodista británico en un vídeo colgado en su web, Tenerifemagazine.com .
"Miré detrás de mí y un hombre bajaba caminando la calle, farfullando, sosteniendo lo que pensé que era una cabeza de broma, en el aire", prosigue. "La tenía en el aire, había sangre en ella. Pensé que era una cabeza falsa, un hombre haciendo una broma. No había nada en su otra mano, ni un arma ni nada".
Poco antes, el agresor -D. V. D., un indigente búlgaro de 28 años, según las primeras informaciones- acababa de entrar en una tienda china y, sin cruzar ninguna palabra con la víctima -una británica de 60 años que residía en el sur de Tenerife- cogió un cuchillo de medianas dimensiones y la decapitó, según explicó el alcalde del municipio.
Kirby explicó que los guardas de seguridad del centro comercial y agentes de policía comenzaron a perseguirle. En su huida, el asesino cayó al suelo y dejó la cabeza de su víctima. Tras la ayuda de varios viandantes, consiguieron tirarlo al suelo y retenerlo.
"No me parecía que el tipo estuviese totalmente bien, estaba desaliñado, no [parecía] especialmente listo y mientras caminaba con la cabeza farfullaba".
Según la policía, el agresor había sido detenido por anteriormente por delitos de daños y lesiones. Al parecer, no tenía relación alguna con su víctima, cuya identidad aún no ha trascendido.
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