La obsesión de una madre por los concursos de belleza la llevó a tomar la drástica decisión de inyectarle bótox a su hija pese a tener tan sólo ocho años de edad, una historia que ha escandalizado a muchos sectores de la sociedad estadounidense. Kerry Campbell, una madre de San Francisco, ha defendido su decisión tras los comentarios de la niña, Britney, "de tener arrugas".
Confesó, sin embargo, que la pequeña no se lo pidió de forma explícita. "Es algo que hablamos. No me pidió exactamente que la inyectara pero sé que se estaba quejando de tener arrugas y cosas así", dijo en un programa de la cadena ABC.
Lejos de ocultar su práctica, la madre dio la cara para explicar que es algo"completamente seguro" y que viene derivado del hecho de que "otras madres también lo hacen". Sin embargo, no quiso revelar la fuente de donde obtiene la marca cosmética más popular de la toxina botulínica, un sustancia muy común en los tratamientos de cirugía estética para adultos.
Por su parte, Britney indicó que le duele cuando su madre le inyecta la sustancia con una jeringuilla, pero que es algo a lo que se ha acostumbrado. "Lloré un poquito", dijo la menor a ABC. Además, reconoció que su madre la ha sometido a procesos de depilación en las piernas, algo que espera no volver a repetir por lo mucho que le dolió.
Las llamativas prácticas de Kerry Campbell han llevado a la oficina de Asuntos Sociales de San Francisco a abrir una investigación sobre sus acciones y la procedencia del bótox. También han surgido protestas de los organizadores de los concursos de belleza en los que participa la niña por considerarlo una distorsión de la misión del evento.
Pese a la atención, a los dolores y las críticas, Britney dice que ahora que se ha acostumbrado a la sensación del bótox y que es feliz. "Me siento que me veo mejor, más linda", dijo a la niña.
La madre podrá ampararse en el hecho de que en Estados Unidos no es ilegal inyectarle botox a un menor. Algunos médicos lo utilizan para malformaciones.
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