Aunque tanto su nombre artístico como su apellido están ligados a la realeza, Prince Royce es un chico sencillo y normal: le encanta el sancocho que le prepara su mamá; le fascinan los videojuegos; usa gorras o boinas porque no le gusta peinarse; y se la pasa pegado a su celular enviando mensajes por Twitter.
Todavía le impresiona el estar al nivel de estrellas de la música a las que admiraba e imitaba hace unos pocos años, como Wisin & Yandel, y se siente afortunado por el cariño incondicional que le demuestran sus fans.
Precisamente ayer, cientos de seguidoras de Prince Royce se conectaron a primerahora.com –desde Venezuela, República Dominicana, Italia y Puerto Rico– para interrogar al artista, quien participó en un ameno videochat.
El intérprete de Corazón sin cara llegó a la Isla el miércoles para cumplir con una intensa agenda de promoción que lo dejó un poco cansado. No obstante, se mostró simpático y amoroso con su fanaticada, que le preguntó de todo un poco. Una de sus admiradoras, más atrevida, le preguntó si aún era virgen, lo que él respondió coquetamente: “Si vienes acá, te respondo esa pregunta”.
Royce se describió como un joven familiar, que tiene pocos amigos, ya que prefiere estar rodeado de sus seres queridos. De hecho, confesó que sí se le salieron las lágrimas durante la pasada entrega de los Premios Billboard de la Música Latina, en Miami, no fue porque no pudo recoger sus galardones, sino porque eran las primeras premiaciones a las que lo acompañaba su madre y su hermano “y eso me dio mucho sentimiento porque ellos estaban muy emocionados”.
Sobre ese lamentable incidente, aclaró que se trató de un malentendido y dijo que había aceptado la disculpa que le ofreció la producción, aunque todavía no ha recibido los cuatro premios que se ganó. Aseguró que ya superó dicho mal rato y se mostró confiado en que “vendrán muchos más premios en el futuro”.
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