miércoles, 27 de abril de 2011

Un sicario de tan solo 20 años confiesa 200 crímenes


Cuando la edad debería llenarle la cabeza con estudios, diversión y planes de futuro, la realidad lo ha colocado entre los sicarios mexicanos con más crímenes confesados. Con sólo 20 años, uno de los sicarios detenidos por la matanza de Tamaulipas ha reconocido haber participado en ¡200! asesinatos.
¿Cómo es posible? Si apenas ha tenido tiempo... Porque como otros empezó su escalofriante carrera criminal siendo un niño. Como el famoso 'niño sicario', reclutado a los 11 años por la fuerza por el cártel del Pacífico Sur y detenido con 14 el pasado mes de diciembre.
De él no se sabe mucho más, salvo lo escrito que es lo relatado este miércoles por el portavoz de Seguridad Nacional, Alejandro Poiré, en su segunda comparecencia en dos días para informar sobre la matanza de Tamaulipas, que ya acumula 183 cadáveres desenterrados de 40 fosas.
El chico, detenido en la primera tanda de los 74 arrestos realizados hasta el momento por la matanza, no ha asumido todas las ejecuciones de las víctimas halladas en las últimas semanas. Sus 'hazañas' juveniles incluyen parte de esas 'ejecuciones' y algunas otras en otros estados del país.
Su caso no estremece solo por el volumen de crímenes que ha confesado, sino porque refleja una realidad común en los cárteles del narcotráfico, que reclutan niños, que comienzan haciendo recados, trabajando como 'halcones' (informantes) o cobrando el dinero de los secuestros por ejemplo, y terminan con un fusil entre las manos en muy poco tiempo.
Uno de los casos más famosos y recientes ha sido el del "niño sicario" conocido como 'El Ponchis', de 14 años, detenido en diciembre. El muchacho relató que había sido reclutado por la fuerza a los 11 años por el Cártel Pacífico Sur (CPS) y que había asesinado y degollado a cuatro personas en su carrera.
A pesar de ello, la actual ley solo permitirá condenarle a tres años de prisión. Ésa es la razón por la que el crimen organizado utiliza a los menores de edad: sus penas son mucho más bajas que las aplicadas en casos de secuestro y asesinato a quienes ya han superado los 18 años.
La legislación actual, que data de 2007, señala que de 12 a 14 años los menores no pueden ser privados de su libertad y tendrán que recibir asistencia para una reeducación con el apoyo de sus padres y una institución oficial. De los 14 a los 16 impone una pena máxima de tres años de prisión, aún cuando los delitos sean graves, y de los 16 a un día antes de cumplir 18 años, la pena es de cinco años de cárcel como máximo.

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